Wednesday, September 26, 2018

Día 9 Bilbao-Barcelona-Tel Aviv






De nuevo la maldición del insomnio.
Creo que dormí dos horas. Había puesto el despertador a las 5 am y me desperté a las 4:30, después de haber dormido dos horas. Ya había hecho la maleta para no andar a las carreras de madrugada. Me levanté como una mezcla rara de resorte zombie y me dirigí a la ducha, la cual era un cubículo en el que te agachas para restregarte las piernas y la cabeza choca con una pared y las nalgas en la pared opuesta. Pero no importa, me pude bañar bien y rápido. ¿Recuerdan el desodorante que compré en vigo? Pues resulta que cuando lo oprimí para mojar “la bolita”, está se salió de su lugar y se hizo un pinche tiradero que para que les cuento. Se me vació en todo el costado, y como no quería irme oliendo a fábrica de desodorante barato, me metí a bañarme de nuevo. Salí yy en chinga limpié el piso... hay que dejar el depa limpio. Ya el resto fue rápido. Ta había investigado el día anterior, donde tomar el taxi a la estación de tren, que no está tan lejos, pero con la maleta y dos mochilas, no es fácil.
La esquina de los taxis estaba a. Una cuadra del depa, y de bajada fue fácil llegar. No sé como le hacen los taxistas para estar de buen humor a esa hora. En serio, yo le daría una cuantas cachetadas a cualquier cliente por hacer preguntas o comentarios pendejas.
Por ejemplo, siempre que llego a una ciudad y tomo un taxi, pregunto sobre el clima. Si sé un poco de algún evento político en el país o la ciudad, hago algún comentario lite. Y hago hincapié en lite, porque no vaya a ser que mi comentario cargado al lado opuesto de la opinión de un taxista ultra, me haga terminar desintegrado en un tambo de doscientos litros y vertido en un corral de cerdos.
Esto lo hago para distender esa tensión que se genera, siempre, con el silencio que separa al chofer de mi. Intento encontrar un algún ounto en común para que el viaje sea más ameno. Una vez de plano le dije al taxista “cambia de música, es muy temprano para cometer mi primer asesinato”. Neta, hay cabrones que piensan que escuchar narco corridos a las cinco de la mañana, es una buena manera de empezar el día. En eso casos sí puedo permitirme un Arjonazo. Por lo menos te mantienes con la caneza en esa nube de gases tóxicos de la que salgo hasta las 10am.
Llegué demasiado temprano a la estación. Para los que no han viajado en tren, no hay necesidad de llegar dos horas antes. Con diez minutos, es más que suficiente. Pero llegué temprano para desayunar algo antes de partir. Evidentemente llegué demasiado temprano, pues todo estaba cerrao, sólo había un adormilado guardia y una señora barriendo. Había un Burguer King que había visto el día anterior que compré el boleto y me había entrado una urgencia extrema de tragarme un Whopper con papas fritas. Es que en serio, ya andaba harto de pinches pinchos y tapas, lo que necesito es un mole, unos tacos varios, algo que grite “Mexicanos al grito de guerra”. Perdón por el pleonasmo, pero a veces me dan esos arrebatos, no tan seguido, pero suceden.
El viaje fueron siete horas, sin sobresaltos, nadie se sentó a mi lado. Así que viajé a mis anchas.. excepto un viaje a la cafetería, en el cual me encontré con unas gringas cincuentonas, que no entendían el tipo de cambio del euro y pensaban que en todas partes les aceptarían sus dólares. 
El tren arribí a la 1:30PM y el avión a Tel Aviv salía a las 11PM, así que tenía mucho tiempo en mis manos. Dejé la maleta y una de las mochilas en un locker y salí a caminar y buscar algo ara comer. Hay varios restaurancitos cerca de la estación y todos sirven lo mismo. Es como llegar a las ahumaderas y tratar de decidir en cual taquería comes, todas sirven los mismo.
En lo que comía, busqué información sobre los conectores eléctricos en Israel y encontré que son parecidos a los de Argentina,  por lo menos eso me pareció. Tal vez les parezca sin imoortancia este detalle, pero puede ser la diferencia entre vivir y morir para mi. Bueno, no tanto, pero entre dormir y un posible infarto cerebral. Y es que, para los que no saben, sufro de una apnea obstructiva de sueño muy severa, y duermo con la ayuda de un respirador(CPAP) para no dejar de respirar. Por eso es que no voy a viajes en donde tenga que acampar en lugares sin electricidad. Eso y el hecho de que ya pasé mi época de Boy Scout.
Esto de viajar te hace tomar en cuenta lo que parecen ser detalles insignificantes. Acá en Europa, el voltaje es 220 y en América 110. Si no traes u convertidor de 220 a 110, explota cualquier aparato que conectes. Me sucedió hace muchos años, Viajé con un conector múltiple de 110 voltios y explotó cuando lo conecté. Hoy en día, casi todos los cargadores son 110-220. Por lo menos los de los teléfonos,  computadoras y cámaras. Lo que sí se necesita es un adaptador para el tipo de enchufe del país al que vas. Y por eso es que andaba buscando esa info, porque no la había pensado en Tijuana, asumí que Tel Aviv era Europa, por lo menos en cuestión de enchufes. No vayan a creer que estoy tan pendejo como para pensar que Israel está en Europa. De regreso en la estación de tren, vi un kiosquito en donde vendían celulares y accesorios, así que le pregunté al dependiente si tenía adaptadores para Israel. Le expliqué que traía para Europa, pero no para Israel. Con una expresión de extrañeza. Y luego se le iluminó el rostro y me dice “son los mismos de Europa”. ¿Seguro?, le pregunté. “Claro, yo soy de Israel” me contestó con una amplia sonrisa. Pues bueno, un obstáculo menos.
Recogí mi maleta y tomé el tren al aeropuerto. Había quedado de verme con la güera en el aeropuerto de Barcelona para tomar el vuelo a Tel Aviv. Silvia venía de un congreso de ginecología regenerativa, que ella y otros expertos organizaron en Zaragoza.
Comimos un jamón serrano infame, pero no había de otra. 
El vuelo salió retrasado una hora y aterrizamos 4 horas después en Tel Aviv.



Tuesday, September 25, 2018

Día 8 - Bilbao

Ayer, por una extraña razón, me quedé dormido. Afortunadamente había unos cuantos cafés abiertos y al que había ido antier, no estaba lleno. Pude desayunar cómodamente sentado. De nuevo las campanas de la catedral. Menciono las campanas porque cuando me entregaron las llaves del depa, el anfitrión me mencionó varias veces la vista de la catedral. Aunque, a decir verdad, sólo se veía el pico más alto. No sé porque los católicos asumen que a uno le interesa todo lo que tenga que ver con su religión. Yo sé que las iglesias son lindas y todo el arte que hay en ellas, pero creo que he visto suficientes como para seguir desfilando entre atrios y altares. Además, las iglesias son tétricas, frías e impersonales. Creo que el único espacio personal es el confesionario, y ahora con tanto caso de pederastia, hasta me daría miedo que me tocara un sa-cerdote con problemas de gerontofilia. Ahora, que si fuera una monjita, pues otro gallo cantaría(más adelante les cuento lo del gallo de hoy).

La idea era caminar a un barrio que se llama Deusto. 

Había buscado en google y era hora y media caminando, lo cual se me hizo bien, podía tomar fotos en el camino. Es bueno caminar para sentir el pulso de la ciudad, no me queda de otra, porque el pulso de los antros ya no lo soporto, ya escuché In-A-Gadda-Da-Vida miles de veces, no necesito más pulsos apendejadores que te obligan a platicar a gritos.

Pues nada, que inicio mi caminata y como a os 45 minutos google se volvió loco metiéndome en un patrón de caminata en un crucero con 5 esquinas. Pasaba de una esquina a otra y la brújulita en la pantalla parecía luchador libre después de una dosis de avioncito. Cambié a Maps de Apple, y la misma chingadera, el GPS en total estado de apendejamiento. Era como si bubiera entrado a la zonal del silencio o peor aún, al triángulo de las Bermudas. Empecé a tener pesadillas de un episodio de Twiliight Zone y cada que llegaba a la siguiente esquina era in Déjà vu all over again. Entonces se me ocurrió detenerme en un bar a tomar algo y preguntar en que dirección de la brújula estaba el barrió. El cantinero apuntó hacia una de las paredes, salí y enfile la marcha hacia esa vaga dirección.

Este incidente me recordó una vez que llegué a San Francisco para un evento en Wente Vinyards. Renté carro en el aeropuerto, con todo y GPS, por si las dudas. No sé si sepan, pero los gps necesitan tener, por lo menos, tres satélites a la vista para poder triangular y así calcular su posición. Bueno, pues cuando sentí que faltaba poco para llegar al hotel, se vuelve loco el gps. Me trajo dando vueltas por varias cuadras, hasta que me encontré en un area residencial, en una loma de la cual podía ver a lo lejos la ciudad. Eran las doce de la noche y detuve el carro para poder digerir como es que había terminado en una loma con una vista impresionante de la ciudad. Esa no era la idea, tenía que levantarme temprano para manejar al evento. En eso veo a unos trabajadores de la ciudad reparando algo del abasto de agua de la ciudad. Acerqué lentamente el carro a donde se encontraba el camión, bajé la ventana, saludé con un “buenas noches” y acto seguido procedí a preguntarles si sabían dónde se encontraba la calle que había desquiciado a mi gps. Uno de ellos se le quedo viendo al esquizofrénico gps que llevaba montado en el tablero del carro, lo apunto con su dedo y me cuestionó ¿y el gps? Sonreí, le dije que se me pasó darle su pastilla de risperidona y le ofrecí mi mejor sonrisa de turista apendejado. Afortunadamente me explicó de tal manera que el gps se pudo haber cortado la oreja y no había bronca.

Después de caminar lo que parecía una eternidad, pero sin prisa, vi a lo lejos el Guggenheim, oh nooooo, estaba regresando sobre los mismos pasos por los que había pasado, bueno, más o menos. Ya en el barrio, en el cual se supone hay edificios abandonados, me cayó encima un balde de agua fría de gentrificación, no era nada de lo que esperaba, excepto una callejuela con pintas etarras y bares que mala muerte con personajes interesante. Un bato, ya ruco, traía el cabello cortado medio mojawk, casi a rapa de los lados, con un copete azul y una bandera gringa pintada en los lados rapados, una estrella en uno y las barras de color del otro lado. Estuve tentado a pedirle tomar la foto, pero se veían poco amigables, pensé en Taxi Driver.

En lo que tomaba algunas foto piteras, nada interesante, noté a tres batos sentados afuera de otro bar, y tampoco se veían amigables, eran como cascajo de la era punk que se reusaban a ser demolidos para gentrificar su espíritu punk. Al rato llegó otro bato, le reclamaronsu tardanza y procedieron a ingresar al barecillo de mala muerte. Yo seguí por la cellejuela, fría y sin sol. Una tienda de camisetass que se llama “camisa y media”, o algo por el estilo. Ahí te diseñan y te estampan la t-shirt. Un hostal para surfillos y algo interesante, una pajarería. Estaba pintada de amarillo con unos pájaros y un árbol pintados en la pared. Cuando estaba en lo de tomarle fotos, se me acercó un individuo que momentos antes había visto, de reojo, salir del barecillo de los cuatro tipos. Me preguntó para que eran las fotos, no recuerdo que le contesté pero me dijo que esa casa la habían tomado unos artistas locales porque el ayuntamiento quería demolerla. Pues que bien, pensé, hace falta más cultura y menos gentrificadores.

En realidad el area es pequeña y decidí iniciar el regreso, a mi paso encontré a un tipo leyendo un libro, sentado en una banca, a su lado había un estencil de un rostro que había visto plasmado en varias paredes. Me detuve a tomar una foto y me acerqué a preguntarle a cerca del rostro del estencil. Me platicó que es el etarra que ha asesinado a mucha gente, su nombre es Juan Ignacio De Juana Chaos, vaya apellido para un terrorista “caos”. Me tiró todo un rollo que él( el del libro) no podía aceptar el proceder de estos terroristas, pues era católico cristiano, y los etarras eran Marxistas Leninistas. Y me dice “por ahí hay algunos bares a los que va esta gente”, a la vez que apuntaba en dirección a los barecillos de los que les platicaba arriba. Entonces pensé que el tipo que me preguntó sobre las fotos, tal vez fue enviado a investigar. Y yo que al principio pensé que los que estaban sentados afuera del bar, esperaban al otro para comprarle su dosis diaria de pachequez. Por cierto, en uno de los callejones que me metí, buscando graffiti, si vi una transacción de dudosa legalidad, pero me hice como que la virgen me hablaba, era muy temprano para meterme en broncas de Kojak.

De regreso me metí a un centro comercial a comer a un resta que se llama “La Mafia se Sienta a la Mesa”. Cometí el pecado culinario porque ya estaba un poco hasta la madre de fonditas y restas “top”. El otro aliciente fue que años antes, había visto un resta en Sitges, con el mismo nombre. En esa ocasión le tomé una foto y la hice parte de mi serie “negocios curiosos”, a la cual también pertenece otro resta, de comida afrodisiaca, de la ciudad de Buenos Aire, que lleva como nombre “Te mataré Ramirez”. Sería interesante un juego de futbol entre empleados de ambos restaurantes.

La comida fue un fiasco, lo único bueno fue el Aperol Spritz, hasta el vino estaba infame.

De regreso pasé por varios cafés, eso me gusta de Europa, bares y cafés en cualquier barrio. En tres de estos bares había morras fumando mota en las mesas de la acera. Creo que no es legal todavía en España, pero estaban ahí, normal, sin lío, fumándose su gallo. Y en eso se me ocurre preguntar la raíz etimológica de gallo al cigarro de mota. El gallo ha sido utilizado como símbolo de fertilidad, de la luz que ilumina la mente, de fuerza y no sé que otras cosas. Antes le decíamos churro, doobie, toque, quemarle las patas a judas, mota y no recuerdo cuantos otros nombres. Hoy en día hay batos que le dice “porro”, así se les dice en España, pero ¿en Tijuana? Por cierto, el monumento de la glorieta frente al CECUT, antes le decíamos el “mata choras”. Para los que no saben, el mata choras es la pincita con la que sujetas la chora del churro para fumarte las tres.

Pues en eso estaba, en lo del gallo, cuando de la nada, se aparece un gallo gigante frente a mi. En mi asombro, no pude pensar otra cosa que, era es un mensaje de dios todo poderoso. El dios gallo en medio de un parque, con el Guggenheim de fondo. ¡Wow! poco faltó para sacar mi tapete y ponerme a orarle a Alá. Por supuesto que le tomé fotos, otros turistas hacían lo mismo fascinados. No sé si venían pensando lo mismo, o se habían fumado uno, en su versión orgánica, pero todos andaban muy sonrientes, con ojitos de chino.




Sunday, September 23, 2018

Día 7 - Bilbao


Encontrar un café abierto temprano,  en domingo, fue como encontrar un disco duro con tus llaves privadas de bitcoin, en el basurero municipal, dos años y medio después que te deshiciste de él, porque no le veías futuro. La historia es real, un tipo lo hizo, y al momento de leer el artículo, sus bitcoins valían cerca de 85 millones de USD. 
Encontré uno abierto cerca de la catedral y las pocas mesas que había, estaban todas ocupadas. No podía se de otra manera, siendo el único café abierto a esa hora. Entonces escuché las campanas de la iglesia y se me ocurrió una idea. Sería un buen negocio abrir cafés en los atrios de todas la iglesias. Si en domingo no hay nada abierto, la gente asistiría a misa con tal de tomar café. Es una buena estrategia para la iglesia católica, que ultimamente  ha perdido muchos adeptos, especialmente por los casos de pederastia. Y como consecuencia, ha perdido millones por las demandas. Este problema de la pederastia no es exclusivo de los sa-cerdotes católicos, hace un par de semanas se supo que con los monjes tibetanos también existe el problema. No me asombra que sucedan estos hechos, pues pederastas siempre han existido. Hace tiempo leí que en los tiempos de los romanos, era normal que los maestros tuvieran relaciones homosexuales con su alumno. Pero en ese tiempo no se veía mal, creo que no había tantas regulaciones morales. Pero en el caso de las religiones, es inconcebible que la misma gente que predica el bien y el amor, dañen a niños inocentes, y encima de eso mientan para encubrirse entre ellos.  Pareciera que la mentira es requisito de todas la religiones. Desde el momento en que te dicen que existe un dios, ya se jodió la cosa. Es imposible creer que exista un dios, ante el desmadre en el que se ha convertido este planeta. Hombres llenos de envidia que compiten para ver quien la tiene más larga, llevándose en el camino a millones de jóvenes soldados que mueren sin tener la menor puta idea a quien matan.  Lo más curioso de esta “diosificasión”, es que ha habido miles de dioses y religiones, y de todos no se hace uno. Aunque con ese pretexto, los españoles acabaron con los dioses prehispánicos. Si los dioses fueran tan chingones, no hubiese necesidad de su existencia. Ponte a pensar, llega dios, da órdenes y se va. No hay necesidad de que las religiones toquen la puerta de la casa todos los pinches domingos para pedirte un poco de tu tiempo. Un dios chingón deja bondad en la consciencia del hombre, sin necesidad de resucitar al tercer día para irse al cielo. Que idea más pendeja, resucitar para volver a morir. No mamen ¿no pudieron haber inventado un cuento mejor?
Todas la religiones están plagadas de cuentos fantásticos, el mismo hecho de inventar un dios, lo dice todo. Hace años leí que Joe Smith el fundador de los mormones, cuando quiso publicar su libro del mormón, le pidió dinero prestado a un banquero. La esposa del banquero, al sospechar que la inspiración del libro era mentira, despapareció algunos capítulos de este y le dijo al esposo que si era cierto el cuento de las famosas tabletas, pues que Smith no tenía mas que traducirlas de nuevo y ya. Smith, en respuesta, dijo que no importaba que no fuera exacta la nueva redacción, que lo que importaba era el mensaje. ¿Qué tal? El ser humanao mintiendo para salir adelante., nada nuevo. 
Bueno, regresando a mi historia, si las cafetería funcionan, se podría extender el servicio a bares y discotecas por la noche. Serían todo un éxito. El eco de las iglesias es genial para la música de discoteca o Dj’s. Ese pulso repetitivo, tan primal que pone a la gente en trance, rebotaría por toda la iglesia como música de la escena mas intensa en una película de terror. Como cuando la cámara se acerca en stop motion a los ojos de Blue Demon. Para hacer la cosa más interesante, se pueden rehabilitar algunas mazmorras con monjas en liguero y látigos, y uno que otro instrumento de tortura fake. Después de todo, la iglesia es dueña de varias patentes de esos dispositivos. He visto el diseño de unos cuantos de esos aparatos y no me queda mas que pensar que debes de tener la mente totalmente retorcida para idear algo así. Estoy seguro que la iglesia se pondría de moda de nuevo. También se podría cobrar el redondeo para ayudar a víctimas de la misma iglesia, y pagar abogados para meter al bote a todos esos curas hijos de puta.
Esto de las mazmorras es una buena idea, hay una pila de gente a la que le encanta la onda esa del S&M (spaniards and mexicans). Claro, la mayoría en el closet, porque pues la iglesia tiene la exclusividad. No hay que olvidar la inquisición, que fue cuando la iglesia inventó el sadomasoquismo. Y ya que ando en este tema, les recomiendo un libro de Enrique Serna titulado “Ángeles del Abismo”. Es una novela que cuenta de la relación amorosa entre un indígena y una española, creo que ambos menores de edad. El indígena era el pilguanejo de un sa-cerdote al que le encantaba meterse enemas para estimularse sexualmente. Cuando las enemas normales ya no le causaban placer, empezó con enemas con chile piquín. Bueno, la cosa es que la novela cuenta detalles de como se deshicieron del politeísmo para implantar, a punta de garrote, el catolicismo. Serna investiga mucho antes de escribir un libro, es muy pulcro, y todos los detalles están basados en sus investigaciones. 
Ya me perdí de lo que estaba platicando....
Ah, ya, lo del café jajajaja. Bueno, pues me dirigí al Guggenheim, que es un museo de arte contemporáneo, principalmente. En el camino vi a varios indigentes con el rostro color carmín, se me ocurrió que tal vez usan lápiz labial como protector solar, pero no. La realidad es que el alcohol tiene ese efecto en los alcohólicos consuetudinarios, por eso no me verme con cara de niño de dos años que se robó el lápiz labial de la mamá, yo tomo cada tercer día.
El edificio es impresionante, está construido de placas de titanio, madera y mármol, por lo menos eso me pareció. Es de tres pisos y no está tan grande como se ven en las fotos, pero me gustaría para que fuera mi casa, definitivamente está mas grande que mi casa, es más, es más grande que cuarenta casas como la mía... no, cuarenta privadas como en la que vivo.
El arte conceptual y yo, no nos llevamos muy bien que digamos, hay cada “performa”  o “instalación” que me hace preguntar cuál es el objetivo. A mi el arte me tiene que hacer sentir algo, aunque sea repulsión.
Una de las salas era de artistas contemporáneos chinos, en donde proyectaban, en una tele, un video de personas desnudas apilándose unas encima de las otras. Una a una, se iban montando horizontalmente. Creo que el performance se llamaba algo así como “haciendo crecer la montaña un metro”. Que título más pendejo. ¿Crecer un metro? Yo creo que estos cabrones no han visto la pirámide del sol. Me hubiera encantado que cayera del cielo, aplastando al museo, y que la performa se llamara “aquí tienen 75 metros, no mamen pinches chinos”.
El Guggenheim es muy fotogénico, por lo menos eso me pareció, hay muchas curvas y lineas, sombras y luz, es interesante, fue bien pensado.
Uno de los artistas que me gustó mucho, bueno su obra, fue Anselm Kiefer, no conocía su obra, que es monumental, aunque recuerdo haber visto algo parecido en el Pompidou, en París. Su cuadros son gigantescos y mueven el tapete, especialmente uno en donde hay una persona acostada boca arriba con el universo de estrellas encima, es una forma de sentir lo insignificante que somos en este universo. Había un cuadro, de Gerhard Ritcher, que me dejó en estado de shock. Era una pintura que parecía una foto fuera de foco, se llama "Marina". El concepto y su realización son impresionantes.
Luego había, en la sala de los chinos, una jaula con lagartijas, que no recuerdo que estaba intentando decir el artista, pero creo que hay mejores instalaciones, de ese tipo, en cualquier zoológico.
Al final hay una instalación de Richard Serra, ya había visto su trabajo en fotos, pero ver su monumental obra en persona, es meterse literalmente en su obra. Su trabajo son placas gigantescas de metal, dobladas en espiral, en ondas que parecen olas de mar, y otras que parecen recipientes gigantes. Uno puede caminar y penetrar las esculturas y sentir una sensación de angustia, y la a vez de paz, es algo extraño.
Mala onda que no permiten tomar fotos de las exhibiciones, pues estoy trabajando en una serie que se llama "Post Fotografía", que no es otra cosa que pantallas de celulares tomando fotos de obras importantes.






El resto del día fue ir a comer, caminar un poco y regreso al hotel a descasar. Hace rato fui a la estación de ferrocarril a comprar mi boleto a Barcelona.
Pues eso, hasta mañana.

Saturday, September 22, 2018

Día 7 - Madrugada

Maldito insomnio. Ojalá pudiera aprovechar el tiempo para leer, escribir, tomar fotos, o de perdiz resolver triples integrales que salven al mundo de la música de Arjona y de Coelho. Pero no, lo único que se me ocurre es escribir de mi insomnio.pinche naturaleza tan pobre conmigo.
Yo recuerdo que antes, aunque en realidad no dormía por mi problema de apnea, dormía ocho o más horas. Claro, ne despertaba totalmente apendejado, y andaba el resto del día en un letargo tipo walking dead. Eso de ir conduciendo a la una de la tarde y que no puedas mantener los ojos abiertos. Es como Alex en Naranja Mecánica, cuando los médicos le ponen un dispositivo para que no cierre los ojos. El problema, hoy en día, es que con tanta tecnología, me entero de cuantas horas he dormido, cuantas apneas tuve, cuantas veces se despegó la máscara y hasta los sueños eróticos que tuve, que, a mi edad,  son muchos más que las apneas. El problema no son los sueños, o su erotismo, el problema es que desde que leí el artículo ese que asegura que a partir de los treinta, el cuerpo inicia un proceso en el que la piel despide un olor a rancio, siento que al despertar huelo a luchador en grasa rancia, después de una de  esas peleas que antes había en las cantinas para entretener a hombres sudando testosterona, comportándose como tiburones en un frenesí de alimentación. La gran diferencia es que, aquellas peleas eran en lodo, o en aceite, aunque no creo que haya sido de oliva, no estaba de moda la dieta mediterránea y el aceite de oliva costaba más que el transporte en una calafia de Tijuana. Además, las chicas olían a tierra mojada o a aceite de desecho de la plancha de las hamburguesas de un McDonalds, lo cual no puede ser peor que lo de la grasa rancia.
Esto de la grasa rancia es todo un tema, porque la naturaleza se empecinó en joder a los viejos. Sí, porque no conforme con convertirnos en envases de manteca Rosarito ambulante, también vamos perdiendo el olfato. Bonita chingadera, ahora me siento como hippie de esos que no se bañan en meses. Neta, esa gente ofende ¿qué les cuesta bañarse, pimpearse y oler bonito? Recuedo una vez que un morro entró a una agencia de viajes, en la que estábamos la güera y yo... ¡PUTISIMA MADRE! Era como si hubiera llegado Moises a partir el mar muerto. Leyeron bien, olía a muerto. Así de esas proporciones fue el evento. Y yo tan mamón que soy con eso de oler mal, o bien. Tal vez sea un pendejo, pero soy un pendejo que huele bien. “No hay nada peor que un pendejo que huela a rancio”. Sabias palabras de mi abuela... no es cierto, me lo acabo de inventar. Pues está cabrón, oler mal y no darse cuenta, que jodedera la de la naturaleza.
Por otro lado, la naturaleza le dio vida a esos perfumistas que crean fragancias como “C”. Sí, así se llama el perfume. Es de Clive Christian. No sé si el sea el perfumista o sólo prestó el nombre. Ese perfume es de los que fijan tan bien, que la ropa dura tres días impregnada de la fragancia.
Hoy se supone que voy a buscar un área en donde hay mucho graffiti y almacenes abandonados. Bueno, lo leí en un Blog de un gringo, así que puedo estar equivocado, esos paisanos son un poco exagerados. También quiero visitar el Guggeinheim. Ayer aprendí como se escribe “Guggenheim”, no crean que soy la cultura andando, recuerden que desde los treinta, soy una barra de manteca Rosarito sobre ruedas y sin permiso del ayuntamiento. O sea, ¡soy manteca chocolate! Podría crear mi propio ANAPROMEX, y cobrar una cuota para que, los de treinta para arriba, huelan a rancio sin problemas legales. Se les entrega una muestra de siete machos o de Old Spice. Al mes tienen que regresar por una botella de 50 ml, a precio de Sarajevo.
Buenas noches...

Día 6 - Bilbao

Amanecí... creo, pues no recuerdo haber dormido. El insomnio se ha portado mal estos días, son rachas, espero que esta se acabe pronto. Lo último que recuerdo de anoche fue que colgué la ropa lavada. Fue curioso porque tuve que guglear como usar esos “pods” de jabón, que es lo que me dejó el anfitrión del depa, ha de pensar que todos sabemos usar esas ondas. No es que no sepa lavar, es tan facil como meter la ropa, cerrar la puerta, poner jabón, poner enjuague y oprimir “dale”. El problema es que a veces me equivoco y revuelvo ropa de agua fria con la de agua caliente, la de color con la blanca, y así. A mi, definitivamente no se le da la lavadera de ropa. Yo creo que me hubiera ido bien cuando se lavaba en el río. Me ha tocado ver a indigentes lavando ropa en el arroyo que corre por el canal del río Tijuana, y he pensado que eso lo puedo hacer sin problemas de tipo de jabón, temperatura y enjuague. Pones la ropa a secar el duro y caliente concreto del canal, y listo.

Salí temprano a caminar, unrecorrido de reconocimiento, pues ayer llegué noche y muerto. Obvio fui al Guggenheim, pero no entré. Se ve impresionante, es una onda de esas retorcidas, como la obre de Pollock, pero de cierta manera tiene sentido, se siente armonioso y balanceado, al igual que Pollock. Afuera hay una escultura de una araña gigante, la cual había visto en La Habana, hace ya unos años. Siempre que veo esa araña, se me antoja para que le parta en su madre a Godzilla. El tipo es un gran hijo de puta, se la pasa destruyendo ciudades por gusto y nunca he visto una entrevista en donde exponga sus motivos.

Mis tennis se me olvidaron en el hotel de Madrid y traigo una botas de hicking que me cocieron los pies con el calor. Afortunadamente existe google y encontré una tienda de tennis en donde tenían justo lo que buscaba. Son unos tennis con suela de gel, que sientes que caminas sobre moluscos de lo gelatinoso que se siente. Eso fue temprano, para esto ya había caminado como tres horas y estaba que no soportaba los huesos de la planta de los pies. Por algún motivo, la naturaleza me castigó, por lo cual tengo que buscar zapatos con bastante soporte. No sé por qué, Seally no se ha metido al negocio de los tennis. Aunque sería peligroso, todo mundo se quedaría dormido caminando y tuvieramos millones de zombies deambulando, cortesía de Seally. Gracias Seally, por no meterte en el asunto de los tennis.

Hablando de zapatos, hace muchos años, según yo, xpensaba que usaba diez y medio doble E de ancho, sin albur. Por años usé esa medida y destrozaba los zapatos en meses, y en consecuencia le sentía niña china “pre-mao”, de las que les deformaban los pies para que los tuvieran pequeños. Lo leí en “Los Cisnes Salvajes”, un libro que cuenta la historia de una famila que vivió la transición de la recolución. Fue terrible, murieron millones de personas, hubo canibalismo, increible. La cosa es que años después, me midieron en una zapatería y resulta que uso 12 y no necesito el doble ancho. Desde entonces camino como pedro por su casa. Curiosamente las mujeres sufren el mismo problema con las tetas, especialmente las de tetas grande, creen que son, que sé yo, 38 Z, y resulta que usan 36 Doble D. Muchachas, es importante tocarse la tetas por el cáncer, pero también lo es el saber la medida exacta, créanme, sus tetas se lo van a agradecer.

Bueno, regresando al cuento de hoy, de regreso al hotel pasé frente a un bar- resta que tenía muy buenos jamones, y aunque no quería consumir nada pesado, pensé que sería una buena opción para el almuerzo. Llegarl al depa no está nada complicado, queda a cuadra y media del Mercado de la Ribera. Un mercado al lado del río, en donde puedes comprar todo tipo de mariscos, quesos, verduras, jamones y chingadera y media. 

Llegué al depa y me tiré en la cama un rato pensando en la inmortalidad de Godzilla, y el motivo por el cual no lo asesina esa maldita araña gigante. Busqué lugares para degustar jamón y curiosamente me salió el lugar por que había pasado. Así que me puse mis tennis de gel y me dirigí al jamón, caminando sobre moluscos Seally.

Neta, si no han probado el jamón serrano de bellota, no saben de lo que se pierden. Si existe un dios, debe de compensar a las almas puras con jamón ibérico. Así que pórtense bien y oren todas las noches, y no deseen a la mujer del otro. 

Han de pensar que si te portas mal, en el infierno no ha jamón, pero yo creo que se lo roban del cielo y lo venden en el mercado negro a precios de caviar de beluga. No crean que estoy inventando esto, no soy tan creativo. Cuando fui a Sarajevo, me aventé varios libros antes de la visita. Quería saber sobre el conflicto, específicamente el motivo por el cual sitiaron la ciudad los servios. Fue curioso porque pudieron haber tomado la ciudad en el momento que ellos decidieran. Pero se la pasaron disparando a cualquier objeto que se moviera en la ciudad. Tenían un cerro desde donde disparaban idiscriminadamente. La idea era quebrantar el alma de la población. Bloquearon los accesos a la ciudad, el suministro de gas, etc. La gente taló los árboles para usarlos de leña y cocinar en los sótanos de las casas. Huno gente que terminó cocinando con objetos de plástico como combustible, fue terrible. La cosa es que las naciones unidas se tardaron mucho tiempo en aceptar que existía un problema, y cuando empezaron a enviar ayuda, la mayoría terminaba en el mercsdo negro, vendido a precios estratosféricos. Así de hijos de puta podemos ser los seres humanos.

En uno de lis libros, menciona la escritora que la rola de Dire Straits “Brothers in Arms”, fue tomada como un himno por la gente de Sarajevo. Hasta el dïa de hoy, me parte el alma cada vez que la escucho. 

Creo que fueron cuarenta y cinco minutos de caminata. Pensé que no llegaría, pero no importaba, caminaba sobre moluscos. Los jamones y pinchos estuvieron de poca madre, y la espuma, ni se diga. Pagué y me regresé al depa a descansar de nuevo.

Decidí salir a caminar un poco, de nuevo.. ahora me encuentro tomándome una cañas en un bar em donde presencié como un borracho y su amigo se transformaron y terminaron tirándole bronca al cantinero. Se fueron y regresaron tres veces, la última con unas hojas en las que levantaron un tipo de queja en la alcaldía. Se me hizo ridículo, pues amobs andaban hasta el tronco, y el pobre cantinero no encontraba donde esconderse para evitarlosZ. Hubo un par de momentos en ls que casí me levanto para decirle al borracho - Mira pendejo...

Pero no tengo ganas de pasar la noche en el calabozo, porque el vivo al gozo, y el borracho al calabozo.







Día 5 - Vigo-Bilbao

Once horas montado en un tren, no es fácil, especialmente si traes un domor estomacal que parece un gato arañando las entrañas. Parece que era el tren del fun del mundo.. No por el destino, sino porque algo se le averió en cada estació, que fueron un chingo. Cuando no era el escusado, era una ouerta o algo en la máquina. En una de las estaciones decidieron separar unos de los vagones, el de la cafetería. Bonita chingadera, precisamente cuando iba a ir por algo para comer, no había peobado bocado en todo el día. Conforme el tren se acercaba a Bilbao se subía más gente. Supongo que la gente por lo general no hace viajes de once horas en un tren, además, parecían locales. 

En la estación tomé un taxi, le mostré la dirección en el teléfono y arrancamos. Después de un rato y la típica sesión de preguntas y respuestas ¿cómo ha estado el clima? ¿De dónde nos visitas? ¿Qué tal el barrio este? Llegamos a mi destino. Aleran apróximadamente las 9:30pm. Me bajé del taxi y le di cuenta que algo no cuadraba. Busqué la dirección en ggogle y me contestó con una euta a un punto 4 kms de donde estaba. Para acabarla de joder, todo era subida. Busqué un twxi y me di cuenta que estaba solo en una calle que parecía calejón de película del Santo. No que me diera miedo, por lo general no me da miedo meterme en calle sólas, he andado en unas cuantas y no ha sucedido nada. Recuerdo una vez que atravecé el barrio de La Boca, en BAires, sin saber que era casi un suicidio hacerlo. Siempre he pensado que si te ven medio timorato, te joden, así que hay que hacerse el macho alfa lomo plateado, aunque te caigan encima puñal en mano.

Después de caminar pinche mil cuadras,ncuesta arriba, decidí preguntarle a un hombre, pues el GPS se había vuelto lcco, como mujer en zapatería con presupuesto ilimitado. El GPS corría de Chanel a Louis Vuitton para luego irse a las bolsas de Nancy Gonzalez. Resulta que el taxi me había dejado a una cuadra del depa, y to me friquie porque una de las calles no era la correcta. Pero que iba yo a saber, es mi primera vez en Bilbao.

Después de media hora, subiendo y bajando calles, con dos mochilas y una maleta que parece ataud, llegué a mi destino, un depa muy lindo, con pisos de madera y vistas espectaculares de la ciudad. Mi anfitrión se pasó media hora explicándome todo acerca del depa y la ciudad. En cuanto se fue, lavé minropa mugrosa, con olor a grasa rancia, y esperé lonque pareció un siglo. 

De nuevo, cuatro horas de sueño, este insomnio me está matando.


Friday, September 21, 2018

Día 4 - Vigo

Salí temprano a buscar un desodorante y a tomar un café. Lo del desodorante tuvo que esperar pues no había una tienda abierta, al parecer abren a las 9. La noche anterior entré a una farmacia a buscar el desodorante y sólo tenían uno que era orgánico, artesanal, de pastoreo libre, gluten free, sugar free, ecológico y fair trade. Lo que no era, es free, ni una muestrita para probar. Costaba una lana. Decidí esperar un día, tampoco es que huela yo a cruda de albañil de lunes por la mañana.
Ya desayunado... bueno, tampoco es un desayuno en forma, como estamos acostumbrados en México. Acá es café, un pan tostado con mantequilla y mermelada y jugo de naranja. Hipercalórico e hiperpoquito. La noche anterior había descubierto un atajo, que parecía un callejón sin salida, con unos graffitis muy interesantes, pero era muy noche y había poca luz. Decidí investigarlo y eso me fue llevando a otras calles, todo de subida. Vigo es parecido a Oporto(Portugal), lomas que descienden para sumergirse en el mar. Caminé hasta que me encontré en una zona residencial que no era lo que andaba buscando. Así que tomé la primer calle que descendiera. Esta me llevó a lo que parecía ser un parque. Tome unos escalones que subían a un bosque con brechas por donde gente hacía ejercicio o llevaba a sus perros a cagar. Los escalones parecían no tener fin, hasta que encontré una calle por la que subían carros y buses. Resulta que era un castillo que sirvió de fortaleza. Cuando llegué a la cima estaba bañado en sudor, la chamarra goteaba, la camisa, ni se diga. En la cima había un jardín con una fuente en donde la gente llenaba sus pomos con agua. Mientras yo con la lengua de fuera y todos los viejitos, creo que la edad promedio era 75 años, frescos como lechuga, pues habían llegado en buses turísticos. Estuve un rato viendo la ciudad desde ese punto y regresé por donde llegué. Dec idí regresar al hotel a bañarme y descansar un rato. En el trayecto pasé frente a un restaurante de “comida bastarda”, se me hizo interesante y decidí regresar cuando abrieran. Después de descansar, fui a la estación de tren a comprar un billete para Bilbao. Más subidas, bajadas y calles serpenteantes. He visto a mucha gente paseando con sus perros. Se me hizo curioso que la mayoría son batos.



Me traje todo el equipo para tomar fotos de larga exposición y, hasta hoy, no he encontrado nada interesante. Solía cargar una pila de lentes, pero con el tiempo he aprendido que no se necesita cargar con la fábrica de lentes. Esta vez me traje tres lentes y una cámara. Conozco a fotógrafos que cargan hasta con la suegra, para que ayude a cargar el equipo. Lo que hace bulto es el trípode y el cabezal, lo cual me obliga a viajar con una maleta que parece ataúd. Ya tengo unos años con ella y ahí sigue, aguantando los golpes de su vida útil. 
Tengo varias cámaras pero uso dos, mayormente. Una Sony A7r III, y una Fuji XH-1. La Fuji la cargo para viajes en donde hago foto de calle, exclusivamente. Es mucho más ligera que la Sony y los lentes muy compactos y livianos. Nunca viajo con ambas. Antes viajaba con dos cámara, por si se descomponía una, lo hice en el Sahara, La Antártida, Patagonia y algunos otros lugares. Hasta la fecha no he tenido problemas, así que dejé de cargar dos cámaras, demasiada chinga, la pobre columna no aguanta tanto.
Me propuse tomar las fotos con un lente de 50mm, lo tomé como un reto. Por lo general uso uno de 35mm. Usar uno de 50mm te hace pensar un poco más las composiciones. A veces no hay espacio para hacerse hacia atrás y hay que componer con lo que alcanza el lente. Todavía me estoy aprendiendo a calcular las distancias para encuadrar. Con el 35 ya sé donde pararme para captar lo que quiero, después de un tiempo, es natural.
Después de la comida, me quedé en el hotel, se me había olvidado reservar el hotel el Bilbao, afortunadamente encontré un airbnb barato y céntrico.
De nuevo no dormí casi nada anoche, pero hoy me desquito con un tafilaso. Creo que se me olvidó platicarles que se rompieron mis espejuelos pimpeados. Se rompió una de las patitas y ahora los traigo de lado. Estaba pensando en romper la otra patita para que sólo quede la montura con los acrílicos, así me los monto en la nariz, que tengo suficiente para montarme unos de Elton John. Afortunadamente tengo otro par idéntico en la oficina, me lo regalaron porque estos se empezaron a descarapelar un par de meses después de comprarlos. Lo que sucedió fue que perdí el estuche y escribí a la empresa que los fabrica. Me dijeron que me podían vender otro estuche, entonces se me ocurrió mencionarles que se estaban pelando los lentes, me pidieron fotos y me enviaron otro par. No los he usado porque me gustaron estos desgastados, con carácter. Regresando cambio a los nuevos lentes. Mientras, aquí ando, batallando.
Me toco frente a una mujer que no he volteado a ver. Se la pasó como tres pinches horas hablando por teléfono a grito abierto, en un idioma que no entiendo ni cojones, parece árabe, y viene con un niño que trae una diarrea mucal cabrona, juraría que le están saliendo gummy bears, derretidos, por la nariz. además de berrear de vez en cuando. Ya tienen rato calladitos, espero hayan muerto.






Wednesday, September 19, 2018

Dia 3 - Madrid/Vigo

Mi tren salía a las 7:45am rumbo a Vigo. Tomé un tren en Atocha, una estación muy interesante, rumbo a Chamartin, pues de ahí salía el tren a Vigo. Tenía pensado desayunar en la estación pero n no hubo tiempo. Resulta que mi tren salía a las 7:15. Afortunadamente iba con tiempo, pero llegué casi patinando. Ahora hay que pasar las maletas por los rayos-x. Después del incidente de Atocha, tuvieron que imponer medidas de seguridad más estrictas. Aunque ya no es exclusivo de Atocha, el año pasado, para ingresar al área de la Torre Eiffel, había que pasar por detectores de metal, que triste, pues ya la vista no es la misma, pero prefiero la seguridad a morir en mil pedazos. Eso de Parías fue a raíz de los atentados, en donde en el club Bataclan murieron cerca de 100 personas. Esa vez estábamos un grupo de amigos en un restaurante, ya llevábamos varias botellas de vino, cuando recibí una llamada de una amigo de Tijuana. Me preguntó si estábamos bien. En la borrachera no entendí la pregunta, fue entonces que me dijo que había sucedido un atentando con varios muertos. Se lo dije al dueño del restaurante para que pusiera las noticias en la tele. Todos nos quedamos mudos. De regreso al hotel íbamos borrachos y vacilando, pero cuando llegamos a La Bastilla, todo cambió. Estaba lleno de policías y soldados, nadie sonreía, tenían bloqueados todos los accesos, fue algo duro de asimilar.
Me tocó el vagón 6, asiento A4. Alguien estaba en mi lugar, pero no importó, el vagón iba casi vacío. Del otro lado del pasillo iba un bato con una mano fracturada(lo supuse por el yeso), el resto de la gente se veía normal, sin fracturas. El viaje es de seis horas, y casi al final tuve que preguntar cuál era la estación de Vigo. Tal vez suene pendejo, pero muchas veces las ciudades tienen dos o tres estaciones y a veces no tienen el nombre de la ciudad.
El hotel lo reservé la misma mañana. El problema es que no traigo itinerario fijo, por lo menos para esta parte del viaje. Creo que dormí una buena parte de viaje, la otra parte me la pasé leyendo un libro que me tiene enganchado. Al llegar a la estación me ofrecí a ayudar al hombre de la mano fracturada, y me dijo que no había necesidad. Me contó que fue un accidente con un taladro y me dijo que había pensado que estaba yo loco por traer una chamarra. Bueno, le epxpliqué, que la llevaba por el fresco de la mañana, pero en realidad no la necesitaba, el clima estaba rico.
Vigo se parece a Porto(Portugal), a la orilla del mar, muchas lomas para subir y bajar, y literalmente tirar el bofe. Llegué a la habitación en un estupor de jetlag. Además porque las dos noches anteriores había tomado tafil, es lo único que me ayuda para estos viajes. El hotel no es nada del otro mundo, está en una de las lomas y se supone que la terraza tiene una vista espectacular de la ciudad.
Me bañey salí a ver que onda con esta ciudad. Ah, pero primero tenía que resolver el problema de la tarjeta de crédito. Se me olvidó avisar al banco que salía de viaje, pero estaba confiando en que no habría problema porque ya me habían dicho anteriormente que no había necesidad de avisar, que estaba protegido. Cuando iba de la estación rumbo al hotel, me detuve en un cajero y no sirvió la tarjeta, eso me preocupó un poco pues sólo traía 100 euros en la bolsa, de los que me quedaron del viaje anterior. Pregunté en la recepción por un cajero automático cercano y me dieron indicaciones de un Santander, que ahí sí aceptaban tarjetas gringas. Pues bien, si funcionó la tarjeta.
Lo primero que hice fue dirigirme al casco antiguo y buscar un restaurante. Eran las 3:30pm y no era hora de comer, pero encontré uno abierto y disfruté de mi desayuno-comida.
Caminé un par de horas más y me vine al hotel a descansar, y bañarme que me hacía falta. Por cierto, encontré una tienda con camisas pimpeadas y sucumbí al encanto de tres, ni modo, la vida es corta para vestirse aburrido. La señora que me atendió es de lo más amable, me entretuvo platicando un buen rato. Me contó de sus viajes con su hijo a buscar ropa "diferente". También me platicó de una clienta que me compra miles de euros de ropa. Según que porque ella trabaja con gente de Hollywood no quiere verse igual que el resto del jetset.
En la noche salí a caminar un poco, y a comer algo para no acostarme con el estómago vacío. Después de la cena y una cerveza, seguí caminando por unas calles solas y tomé algunas fotos. Me encontré con un señor que venía en sentido opuesto cuando me disponía a disparar, se detuvo y en son de broma me dijo que esperaba que no le estuviera tomando la foto a él. Pues nos quedamos platicndo un buen rato. Se llama Antonio, tiene 95 años y salió a caminar a las 11:30PM. Me platicó de como ha cambiado la ciudad. Me dijo que la calle por la que caminaba, antes era la calle principal de la ciudad y que antes el final de esa calle eran unos portales en donde se procesaba sardina las 2 horas. Me sorprendió la lucidez del Antonio, yo a mis sesenta se me olvida hasta tomarme las pastillas para la memoria. Después de esa larga charla, que por supuesto incluyó el Franquismo, la guerra civil, comunismo, los separatistas, la hermandad de España-México y unos cuantos temas más, nos despedimos y seguí mi rumbo. Curiosamente, las calles/callejones se sienten seguros. Encontré un mercado al que pienso regresar hoy. Digo hoy porque ya son las 6am acá.



Antonio



Día 2 - Madrid

Hace unos días recibí un comunicado de un amigo, Valentin Iturat, baterista del grupo Patax. Me decía que iban a tocar en San Luis Potosí, en unos días. Le dije que era mala noticia pues salíamos a Madrid el 17. Lo bueno es que quedamos de vernos en Madrid para una presentación de Perico Sambeat, un saxofonista que conocía, de años atrás, por algunos CD’s de jazzistas españoles. Una vez asistí a una de sus presentaciones en un club de jazz, aquí mismo en esta ciudad. Curiosamente la presentación esta sería en el club “Café Central”, en el barrio de las letras. El mismo club en donde vi por primera vez a Buika, cuando no era famosa. Esa vez íbamos pasando por la acera del club y estaba una persona intentando interesar a los traunsentes en la presentación de esta cantante que al parecer no era conocida. Decidimos regresar por la noche a la presentación y fue algo de lo que no me arrepentí. Años después, intentando organizar el desmadre de fotos que tengo en la computadora, me encontré las fotos de esa noche y ahí supe que era Buika a quien había visto. Vaya sorpresa. Anoche fue un verdadero placer ver a Valentín, pues la historia de como lo conocí es interesante. Les voy a dejar un video para que lo escuchen de su boca. Por él fue que supe de Patax. Anoche nos contó historias increíbles de cuando descargó(echarze un palomazo) con Irakere, siendo todavía un chama. Me platicó de mucha de la gente con la que ha tocado, Jose Luis Perales, y muchos otros que no recuerdo, eso sucede por las cervezas, vino y jamones. También me contó de cuando conoció a la gente de Habana Abierta, y de las veces que ha tocado con Caramelo, un pianista Cubano, de esos locos, tipo Tony Perez. Luego la charla se tornó a los diferentes tipos de música negra en América, y cuando digo América, me refiero a la que nos referimos los que vivimos al sur del río Bravo, la otra es la de los gringos. Valentín nos dio una cátedra de ritmos. Mejor, imposible. Y, aunque sé que no se debe de platicar cuando el músico entrega el alma en el escenario, rompimos un poco el protocolo para analizar lo que estaban haciendo los músicos, de como el contrabajo es la base que sostiene todo, aunque se pierda el resto del grupoo en sus caminos. Platicamos de Perico y su mundo introvertido, y de como su personalidad le permite tocar baladas que te funden por dentro. Después de todo ese es el objetivo de hacer música, de improvisar y de crear lo que te salga de los cojones al el momento. Al final terminamos estacionados frente a un semáforo escuchando su pensar sobre los separatistas en el sur. Cuando vengan a Madrid, no olviden visitar el Café Central. Además, el barrio es de lo más interesante. Pues ya me encuentro montado en un tren rumbo a Vigo, leyendo “La ciudad perdida del dios mono”...

Monday, September 17, 2018

Día 1

Me acabo de dar cuenta que no hay "maleteras" en el aeropuerto de Tijuana. Es curioso, no he escuchado a las feministas pronunciarse al respecto.
Tengo años quejándome de las malas condiciones de este aeropuerto, parece que al fin se preocuparon por hacerlo más pipiris nais.
Recuerdo que hace tiempo, sólo existía un bar, y siempre tenían un video de muertes en el rodeo, y no había manera de protestar, pues eso era lo que había. Además, me daba miedo exigir otra canal, a un cabrón que no tiene respeto por la vida. Nunca entendí ¿a quién se le ocurre poner videos de muerte para los que están a punto de abordar? Por más pedo que te pongas, esos video te deprimen, te hacen sentir una res en el corral, haciendo cola para que te maten. De verdad que hay gente rara en el mundo.
Otra cosa que no entiendo es el hecho de que los carritos para cargar maletas, no los puedas sacar del espacio para recogerlas. En el AICM, hay carritos en las bandas para recogert el equipaje, pero no puedes sacarlas al área en donde están los taxis. Que estupidez, sólo puedes usar el carrito unos 10 metros. Esto es por la mafia de los maleteros, y entiendo que la gente necesita trabajo, pero hay que darle opciones a los viajeros, habrá quien necesite de los maleteros, especialmente esos que llevan maletas fayuqueras, que parece que llevan una pinche Walmart completa. Y es que, en erio, hay gente que carga con cajas de mole. WTF? Una vez llegué a Tijuana, y mu maleta estaba manchada de mole, precisamente porque venía una caja de cartón coon 20 kilos de mole. No sé, pinche gente, como si no hubiera mole en Tijuana. O la gente que trae cajas de pan de no se que pinche pueblo en lo más recóndito de la sierra del Huajuco, que porque no hay mejor pan en el mundo, no pinche mamen, aquí se consigue muy buen pan en Tijuana. O los cabrones que cargan tres pinches sombreros Stetson n+1 estrellas, llenan como tres compartimientos y no dejan espacio para las cosa de uno, no vaya a ser que se dañen sus pinches sombreros pedorros.
Volar siempre es un vacilón, especialmente en "perrada class", me ha tocado de todo. Hace poco un cabrón cambió de pañal a su bebé, cuatro pinches veces. Su pinche madre, una peste que no era posible soportar, y nadie dijo nada. Me daban ganas de aventar al pinche chamaco por la ventana, pero las del avión no se abren. Y tampoco me iba a quejar, porque pues, no es moralmente correcto. Deberían de existir vuelos para familias con bebés, sería un buen negocio. Con juguetes, columpios y resbaladeros. Ah, y cabinas para cambiar pañales, porque pues... está cabrón.