Saturday, September 22, 2018

Día 5 - Vigo-Bilbao

Once horas montado en un tren, no es fácil, especialmente si traes un domor estomacal que parece un gato arañando las entrañas. Parece que era el tren del fun del mundo.. No por el destino, sino porque algo se le averió en cada estació, que fueron un chingo. Cuando no era el escusado, era una ouerta o algo en la máquina. En una de las estaciones decidieron separar unos de los vagones, el de la cafetería. Bonita chingadera, precisamente cuando iba a ir por algo para comer, no había peobado bocado en todo el día. Conforme el tren se acercaba a Bilbao se subía más gente. Supongo que la gente por lo general no hace viajes de once horas en un tren, además, parecían locales. 

En la estación tomé un taxi, le mostré la dirección en el teléfono y arrancamos. Después de un rato y la típica sesión de preguntas y respuestas ¿cómo ha estado el clima? ¿De dónde nos visitas? ¿Qué tal el barrio este? Llegamos a mi destino. Aleran apróximadamente las 9:30pm. Me bajé del taxi y le di cuenta que algo no cuadraba. Busqué la dirección en ggogle y me contestó con una euta a un punto 4 kms de donde estaba. Para acabarla de joder, todo era subida. Busqué un twxi y me di cuenta que estaba solo en una calle que parecía calejón de película del Santo. No que me diera miedo, por lo general no me da miedo meterme en calle sólas, he andado en unas cuantas y no ha sucedido nada. Recuerdo una vez que atravecé el barrio de La Boca, en BAires, sin saber que era casi un suicidio hacerlo. Siempre he pensado que si te ven medio timorato, te joden, así que hay que hacerse el macho alfa lomo plateado, aunque te caigan encima puñal en mano.

Después de caminar pinche mil cuadras,ncuesta arriba, decidí preguntarle a un hombre, pues el GPS se había vuelto lcco, como mujer en zapatería con presupuesto ilimitado. El GPS corría de Chanel a Louis Vuitton para luego irse a las bolsas de Nancy Gonzalez. Resulta que el taxi me había dejado a una cuadra del depa, y to me friquie porque una de las calles no era la correcta. Pero que iba yo a saber, es mi primera vez en Bilbao.

Después de media hora, subiendo y bajando calles, con dos mochilas y una maleta que parece ataud, llegué a mi destino, un depa muy lindo, con pisos de madera y vistas espectaculares de la ciudad. Mi anfitrión se pasó media hora explicándome todo acerca del depa y la ciudad. En cuanto se fue, lavé minropa mugrosa, con olor a grasa rancia, y esperé lonque pareció un siglo. 

De nuevo, cuatro horas de sueño, este insomnio me está matando.


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