Wednesday, September 19, 2018

Día 2 - Madrid

Hace unos días recibí un comunicado de un amigo, Valentin Iturat, baterista del grupo Patax. Me decía que iban a tocar en San Luis Potosí, en unos días. Le dije que era mala noticia pues salíamos a Madrid el 17. Lo bueno es que quedamos de vernos en Madrid para una presentación de Perico Sambeat, un saxofonista que conocía, de años atrás, por algunos CD’s de jazzistas españoles. Una vez asistí a una de sus presentaciones en un club de jazz, aquí mismo en esta ciudad. Curiosamente la presentación esta sería en el club “Café Central”, en el barrio de las letras. El mismo club en donde vi por primera vez a Buika, cuando no era famosa. Esa vez íbamos pasando por la acera del club y estaba una persona intentando interesar a los traunsentes en la presentación de esta cantante que al parecer no era conocida. Decidimos regresar por la noche a la presentación y fue algo de lo que no me arrepentí. Años después, intentando organizar el desmadre de fotos que tengo en la computadora, me encontré las fotos de esa noche y ahí supe que era Buika a quien había visto. Vaya sorpresa. Anoche fue un verdadero placer ver a Valentín, pues la historia de como lo conocí es interesante. Les voy a dejar un video para que lo escuchen de su boca. Por él fue que supe de Patax. Anoche nos contó historias increíbles de cuando descargó(echarze un palomazo) con Irakere, siendo todavía un chama. Me platicó de mucha de la gente con la que ha tocado, Jose Luis Perales, y muchos otros que no recuerdo, eso sucede por las cervezas, vino y jamones. También me contó de cuando conoció a la gente de Habana Abierta, y de las veces que ha tocado con Caramelo, un pianista Cubano, de esos locos, tipo Tony Perez. Luego la charla se tornó a los diferentes tipos de música negra en América, y cuando digo América, me refiero a la que nos referimos los que vivimos al sur del río Bravo, la otra es la de los gringos. Valentín nos dio una cátedra de ritmos. Mejor, imposible. Y, aunque sé que no se debe de platicar cuando el músico entrega el alma en el escenario, rompimos un poco el protocolo para analizar lo que estaban haciendo los músicos, de como el contrabajo es la base que sostiene todo, aunque se pierda el resto del grupoo en sus caminos. Platicamos de Perico y su mundo introvertido, y de como su personalidad le permite tocar baladas que te funden por dentro. Después de todo ese es el objetivo de hacer música, de improvisar y de crear lo que te salga de los cojones al el momento. Al final terminamos estacionados frente a un semáforo escuchando su pensar sobre los separatistas en el sur. Cuando vengan a Madrid, no olviden visitar el Café Central. Además, el barrio es de lo más interesante. Pues ya me encuentro montado en un tren rumbo a Vigo, leyendo “La ciudad perdida del dios mono”...

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